martes, 13 de octubre de 2009

Testimonio de María Antonia Orgeira, ex alumna

EN EL AÑO 1950 FUI AL JARDIN DE INFANTES DEL COLEGIO SAGRADO CORAZÓN, SALITA MIXTA,POR LA TARDE, A CARGO DE LA SRTA. TITI SANTANDER, LUEGO SRA. DE BERTACCO. LAS NENAS CON GUARDAPOLVO ROSA Y LOS NENES DE CELESTE , TODOS LLEVÁBAMOS BOLSITA AL TONO CON GALLETITAS Y CARAMELOS.
ENTRÁBAMOS POR LA ENTRADA PRINCIPAL DE CALLE COLÓN Y LA SALITA FUNCIONABA ENTRANDO HACIA LA IZQUIERDA, CERCA DE LOS ÁRBOLES DE CEREZOS. TENÍA MESA CON ARENA, JUEGOS EN MADERA PINTADOS DE COLORES, EN LOS CUATRO RINCONES, Y LIBROS INFANTILES.
JUGÁBAMOS, CANTÁBAMOS Y LAS HERMANAS NOS VENDÍAN CEREZAS MUY RICAS. TAMBIÉN HABÍA HAMACAS DE MADERA, EN EL PATIO. LA SRTA . TITI NOS TRATABA CON SUMO CARIÑO Y DULZURA.
LA HERMANITA TEODORA, BAJITA Y REGORDETA, NOS VENDÍA CHUPETINES DE AZÚCAR QUEMADA ESPECTACULARES !!!
PORQUE NO HABÍA OTROS EN EL MERCADO.
ÍBAMOS A LA CAPILLA MUY LINDA A REZAR TAMBIÉN.

QUÉ EVOLUCIONADAS ERAN ESTAS RELIGIOSAS !!! HABLO DE CASI 60 AÑOS ATRÁS !!!

NO CONOZCO GENTE DE MI GENERACIÓN CON ESTA EXPERIENCIA.

FUI ALUMNA DESDE ESA ÉPOCA HASTA TERMINAR LA ESCUELA PRIMARIA.

Y A LA HERMANA QUE RECUERDO CON PROFUNDO AMOR ES A LA HNA. ANGELINA, MI MAESTRA DE 5TO. AÑO, QUE EN PAZ DESCANSE, LA CUAL ME ENSEÑÓ A DIBUJAR Y PINTAR, DESCUBRIENDO ESTE DON. PASARON LOS AÑOS Y SOLÍAMOS VISITARNOS, A ELLA LE GUSTABA MUCHO SORPRENDERME, VENÍA A JUGAR CON MIS HIJOS BEBÉS.
LAS HNAS. NOS CUIDABAN EN LOS RECREOS Y HACÍAMOS MUCHAS RONDAS, TANTO COMO JUGÁBAMOS A LA RAYUELA, A LA PELOTA, CORRÍAMOS, SALTÁBAMOS LA SOGA, FUERON RECREOS DE VERDAD !!!
RECUERDO TAMBIÉN QUE MUCHAS CHICAS ERAN PUPILAS Y SUS PAPÁS LAS TRAÍAN EN CARROS TIRADOS A CABALLO.

LO QUE ME GUSTABA Y HASTA EL DIA DE HOY RECUERDO MUY FELIZ, ERA CUANDO A LA MAÑANA, SE IZABA LA BANDERA Y CANTÁBAMOS LA MÁS BELLA CANCIÓN, QUE ES MI PREFERIDA, " AURORA ", LA CUAL VOVÍ A CANTAR CON MIS HIJOS.

LAS HERMANAS DECIDIERON QUE DESPIDIERA A NUESTRO GRUPO CUANDO FINALIZAMOS 6TO. GRADO Y SE REALIZÓ LA FIESTA, FUE EN EL AÑO 1957.

SUELO IR DE VISITA AL COLEGIO QUE SIGUE ADELANTE GRACIAS A LA GENTE DE MI COMUNIDAD INTERESADA EN LA EDUCACIÓN Y FORMACIÓN CRISTIANA.

QUE DIOS BENDIGA A TODOS UDS. Y RECIBAN MI SALUDO CON AFECTO Y RECONOCIMIENTO POR SOSTENER ESTA BENDITA INSTITUCIÓN Y FELICITO A LOS AUTORES DE LA PÁGINA DE NUESTRO COLEGIO. MI CORAZÓN Y EMOCIÓN LOS ACOMPAÑA EN ESTE JUBILOSO FESTEJO COMO PRINGLENSE QUE SIEMPRE VUELVE.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Testimonio de Delma Iglesias de Gardey, salesiana cooperadora


Recuerdo…, estábamos almorzando toda la familia con los abuelos un domingo. Cuando terminamos de comer el postre llega nuestra querida amiga Elsa Di Vito buscando a Perico. Nos explica que habían llegado de Bahía Blanca las hermanas de María Auxiliadora y que querían reunirse para conversar con un grupo de personas, no entendíamos nada. Perico asistió a la reunión y a su regreso nos comentó que en la misma estaban presentes: la madre inspectora Elda Scalco, la hermana Rosita Götte, el padre Vicente Melchior, los señores Gonsebatt, Dos Santos, Pirola, Elsa Di Vito y otras ex alumnas. La Madre Inspectora explicó que el motivo de su visita era formar una comisión de personas comprometidas con la Iglesia, bajo la responsabilidad del padre Vicente Melchior como Representante Legal y contando como consejeras para el apoyo espiritual de las hermanas Rosita Götte y Elba Arangüena.
En el momento de formar esta comisión, decía mi esposo: “todos estábamos sentados en hilera, el último era yo”. Fue entonces cuando la Madre señalando con un dedo dijo: “el presidente es él, o sea el sentado en el último lugar”. De esta manera quedó formada la primera comisión.
Perico en un principio pensaba que se trataba de una cooperadora pero al transcurrir los primeros meses se dio cuenta de que no era así. En esto había mucha responsabilidad y compromiso e invocó a Jesús y María Auxiliadora para que lo guiaran en esta difícil tarea de instalar nuevamente en Pringles un colegio de enseñanza católica.
Se comenzaron todos los trámites solicitados por el Ministerio. La hermana Rosita Götte con la secretaria de la comisión,Sra. Celia de Cimadamore, fueron las encargadas. Como anécdota recuerdo que un día necesitaban urgente una firma de Perico y la hermana Rosita con el Sr. Cimadamore se aparecieron en el campo (estaban esquilando) y terminaron firmando arriba del capot del auto entre el viento y la tierra para no perder tiempo.
Una vez enviado o solicitado, había que viajar a La Plata. Este fue nuestro primer viaje, salimos a las tres de la mañana, el Padre Vicente, Perico y yo. Allá nos esperaban en la Secretaría del Ministerio de Educación. Estuvimos todo el día encerrados en esa oficina, era el primer paso y apurábamos los trámites porque el Ministro debía viajar al extranjero, a tal punto que luego de varias idas y vueltas la Sra. Edith Dumrauf (secretaria del ministro), le llevó al aeropuerto el expediente para que diera su conformidad antes de partir. Nosotros seguíamos en la oficina completando todo lo exigido. Es de destacar la paciencia del Secretario para con el Padre Vicente, él escribía, leía y Vicente corregía absolutamente todo: “esto es así y así”, decía. Con Perico nos mirábamos en silencio, no daba para ningún comentario. Al fin concluimos con todo, bajo la plena conformidad del Padre, nos íbamos contentos, el comienzo del nuevo colegio estaba en marcha.
Para que tengan una idea de las horas que permanecimos allí, les cuento que cuando salimos el buen señor que nos atendió ya no tenía medios de transporte para llegar a su casa. Perico se ofreció a llevarlo y así lo hicimos, quedando su domicilio en sentido contrario a nuestra ruta de regreso a Pringles. Todos los viajes siempre fueron así, en el día.
Comienza la organización: el padre Vicente,Representante Legal,tuvo a su cargo el personal; la comisión, la parte administrativa; la hermana Rosita guiadora, consejera, trabajadora incansable para alentar y llevar adelante esta difícil tarea.
Muchas veces el padre Vicente por estar ocupado en sus diversas actividades delegaba algunas tareas a Perico. En una oportunidad se presentó un problema difícil de resolver, Perico acudió a la hermana Rosita telefónicamente. Ella se encontraba en Saldungaray en la casa de retiro que tenían las hermanas de María Auxiliadora. Planteado el problema la hermana nos invitó a ir a la capilla, delante del Sagrado Corazón nos pusimos de rodillas con los brazos en cruz ( nuestra sorpresa) y la hermana en tono de reto le dice al Sagrado Corazón: “vos quisiste que este colegio siguiera siendo tuyo así que hacete cargo y ayúdanos a solucionar este problema”. Varias veces se repitió esta escena.
Por recomendación de la hermana Rosita, el padre Vicente decidió nombrar otro Representante Legal ya que él tenía la oportunidad de viajar al extranjero y alguien tenía que hacerse cargo. Es así como la designación cayó sobre Perico quien no se pudo negar dada la relación que tenía con el Padre. No fue tarea fácil ya que no estaba preparado para esto, pero con la ayuda del Sagrado Corazón, María Auxiliadora y la hermana Rosita trató de hacerlo lo mejor posible. De más está decir que este cargo siempre fue ad honorem, tampoco se cobraron viáticos por los viajes realizados.
Las hermanas en un principio venían muy seguido, se alojaban en el colegio, después lo hicieron en casa de Luisa Grasso; pero luego las visitas fueron cada vez más cortas, se realizaban en el día, y espaciadas. La hermana Rosita aconsejó invitar a la hermana Elba Arangüena a dar catequesis formativa salesiana. En ese entonces no se contaba con medios de transporte cómodos a Bahía Blanca y dada la edad de las hermanas, Perico las buscaba y las llevaba en el día para que viajaran mejor, tarea que hicimos mensualmente durante un tiempo.
Realizamos dos viajes con el padre Vicente para conversar con las hermanas de la Congregación San José, dueñas del edificio. El primero fue al colegio que tenían en Florida, Buenos Aires, y el otro a Adrogué donde está la casa principal de ellas, con el fin de tratar la compra del edificio. Como el edificio actual correspondiente a la calle Pellegrini era fruto de las distintas donaciones de los pringlenses, creyeron que era conveniente que del mismo se hiciera un traspaso a la nueva asociación. Tras acordar esto, la escribana de la Congregación se llegó a Pringles y en la escribanía del notario Caputti se firmó el convenio que aún sigue vigente.
La hermana Rosita quería a este colegio con toda su alma, fue una gran luchadora para que siguiera adelante; nunca olvidaré sus palabras dichas en momentos muy difíciles y de mucha angustia: “las obras que elige Dios nunca serán destruidas”. Quienes tuvimos la dicha de conocerla y disfrutarla le decimos ¡Gracias hermana Rosita Götte por todo el valioso tiempo que nos regaló! Estoy segura que desde el cielo estará rezando junto al padre Vicente, Elsa Di Vito y Perico por su querido colegio.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Testimonio de Elsa Breglia de Llano



Recuerdos como ex alumna medio pupila

Ingresé a los cinco años. Hicieron una excepción, ya que en aquella época se ingresaba a los ocho años. Había religiosas. Mi maestra fue la Madre Valentina. El colegio no era como es ahora. Era más chico. De entonces sólo recuerdo dos compañeras, Delia Ruiz (fallecida) y otra apellidada Luneta, el nombre se me ha borrado. Como yo era muy pequeña me ponían un cajón para alcanzar el pizarrón. Una vez jugando en el patio me caí en el barro, la hermana Ludobica me llevó al cuarto de las religiosas, me quitó el uniforme mojado y sucio y me envolvió en una pañoleta… Desde mis 81 años esa época aparece muy lejana, como una nebulosa. Me veo cruzar la plaza, la de antes, la que parecía un bosque, de la mano de mi papá rumbo al colegio. Muy temprano, luego regresaría a casa a las 17 horas, con los chicos de Jiménez o Arregui, que eran de los mayores y vivían cerca de mi casa. Papá le daba cinco centavos a cada uno y al otro día comprarían los “pirulines” que vendían en el recreo las hermanas. Usábamos uniforme azul oscuro, medias largas y zapatos guillermina de igual color. Los domingos y fiestas de guardar íbamos a misa en una larga fila, yo era la primera luciendo la banda roja de raso, por mi buen comportamiento y asistencia perfecta. Quise mucho a las hermanas y ellas a mí. Quizás porque mi mamá estuvo a punto de irse al cielo y estaba curándose en Buenos Aires, las hermanas sentían ternura por mí.

Como directora

Aunque mi estadía fue breve, resultó positiva. Compartí la parte directiva con Elsa Di Vito. Acepté hacerme cargo a pedido del Padre Vicente Melchior, con la condición que fuera por poco tiempo. Llegué con buena disposición.
Hubo también buena respuesta de todo el personal, tanto docentes como cooperadores salesianos y personal auxiliar. Se trabajó con responsabilidad, amor y compañerismo, condiciones son fundamentales para llevar adelante una tarea en común, en este caso específico: Educar, formar cristianamente para la vida. Mi objetivo fue y será siempre el mandato que Cristo Jesús nos propone por medio de la Iglesia: “Ama al prójimo como a tí mismo”. Es verdad, el amor todo lo puede. Obra milagros. Tengo de este tiempo el mejor de los recuerdos.

Testimonio de Haydeé Galdona, docente cesanteada por la intervención oficial en 1976




Avanzaba el verano de 1970, cuando fuimos convocadas: mi hermana Raquel y yo por la entonces, Superiora del Colegio Sagrado Corazón, Hna. Benildes; a efectos de mantener una entrevista.
A través de ella evaluaría si teníamos condiciones profesionales y personales para ingresar como docentes al servicio educativo religioso. Debo aclarar que ese año, la Congregación, trasladaba a tres religiosas docentes, incluida la Directora; por lo tanto debían cubrir las vacantes con personal laico, ya que carecían de personal docente religioso para hacerlo.
Así ingresamos como docentes a ese amado colegio que representó para mi un mundo nuevo, distinto, luminoso, donde ante cada problemática, estaba el enfoque religioso para resolverla y la palabra reflexiva de una religiosa, que nos llenaba el alma de paz y esperanzas.
Esta sensación era un denominador común entre docentes, padres y alumnos. El objetivo direccional de la educación a impartir era la formación cristiana del niño, donde, la caridad, el amor y el respeto por el otro, eran los pilares de apoyo de dicha educación.
La caridad cristiana practicada en todo momento por las religiosas les hacía tener muchos niños becados. El otorgamiento de becas era una condición estatal para el reconocimiento oficial y en consecuencia el pago de los sueldos del personal docente del servicio educativo.
Esta situación no era aceptada por todos los padres de los alumnos. Algunos querían que no se otorgaran becas, para que no surgieran problemas económicos; otros en cambio, entendían que no solamente eran necesarias, sino que, gracias a ellas muchas familias humildes podían enviar a sus hijos para darles la formación cristiana que deseaban.
Comenzaba así a gestarse una situación, no sólo incómoda, sino de resquebrajamiento de aquella unidad que tanto admiré al ingresar al querido colegio. Toda esta situación estaba inmersa en un contexto socio-político complejo. La debilidad del gobierno democrático hacía pensar que las Fuerzas Armadas intervendrían deponiéndolo. Así sucedió, derrocada La Presidenta electa, se instaló el Gobierno militar y con ellos se perdieron los derechos y Garantías Constitucionales y las libertades individuales. (Año 1976)
Comenzaron las persecuciones ideológicas y todos aquellos que pensaban o acordaban distinto de ellos, eran: observados, controlados y hasta perseguidos; llevados presos y secuestrados.
¿Y nuestro colegio y religiosas qué tenían que ver con esta situación?, se preguntarán ustedes; acá va la respuesta:
La Educación que se impartía; si bien tenía el mismo currículum que las escuelas públicas, nosotros teníamos mayor libertad metodológica y ellas estimulaban nuestra creatividad, dándonos cursos de capacitación permanente.
Esto no era sólo en las materias curriculares, sino también en la catequesis, para capacitarnos en ella. La Congregación enviaba sacerdotes y/o religiosas.
En esas capacitaciones; las reflexiones acerca de nuestro compromiso cristiano, nuestros valores, nuestros errores y el dar nuestra vida por el hermano; nos hacían pensar si realmente éramos merecedores de ser docentes de un Colegio católico.
Hubo padres y/o docentes que no supieron o no quisieron entenderlo porque no les convenía y acusaron de: comunistas, tercermundistas, etc, a las religiosas y docentes que las apoyábamos.
No conformes con la difamación, nos denunciaron al 5º Cuerpo de Ejército (con asiento en B. Blanca, a cargo del Gral. Azpitarte), y al Ministerio de Educación a cargo del Sr. Taiana. Además intentaron sembrar el miedo enviándonos anónimos o haciéndonos llamadas telefónicas amenazantes. Este fue un juego muy peligroso ya que en aquella época la persecución de los denunciados o sospechados, por lo general, terminaba con la muerte o desaparición de los mismos. La Congregación no quiso exponer a sus religiosas y a pesar del apoyo de padres y docentes que creían en ellas, decidieron entregar el Colegio y marcharse.
Debo destacar que en respuesta a las peligrosas denuncias, los Servicios de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, vinieron a nuestra ciudad, nos siguieron, controlaron y no actuaron porque nada vieron que pudiera comprometernos.
Nada lograron por la vía más temida: la Fuerzas Armadas, por eso recurrieron al Ministro de Educación. Desde allí enviaron una intervención (en realidad lo hicieron para disfrazar una situación y dejar conformes a los denunciantes) que tendría por misión: cesar a quien escribe: Haydée Galdona, por cuanto mi hermana Raquel, ya había sido cesada; parando de esta manera el nefasto accionar de esta gente.
Para la intervención se designaron a dos Sras. docentes jubiladas, de excelente desempeño, quienes cubrieron los cargos directivos del colegio. De esta manera aquellos padres y docentes que pretendían cubrir esos cargos ante la ausencia de las religiosas, no fueron tenidos en cuenta por el Ministro Taiana.
Todo esto sucedió en el año 1977. Años después se levantaría la intervención diciendo que: “no habían encontrado irregularidades administrativas”
Parecía un relato de ciencia-ficción, algo tenían que decir, ya que ese no era el tema en cuestión, pero claro, tampoco pudieron demostrar que éramos de izquierda, comunistas, etc, porque nunca lo fuimos y nuestra inocencia era evidente.

Los años han pasado, las religiosas han sido invitadas al igual que nosotras, por nuestros alumnos de aquella época; a las fiestas del reencuentro, que se desarrollaron plenas de amor, paz y alegría.
En el año 1984, al recuperarse la democracia y asumir el Dr. Raúl Alfonsín; nos reincorporan y así continuamos trabajando en la docencia, amando y educando a los niños, como era nuestra vocación.
Los tristes momentos vividos quedaron en el recuerdo. De ellos rescatamos todo lo positivo:
-Ganamos nuevos y sinceros amigos.
-Aprendimos a darle a la familia su verdadero valor.
-Descubrimos la importancia de vivir con transparencia y humildad.
-Comprobamos que no todos los militares fueron malos, ya que nosotras salvamos nuestras vidas, gracias al correcto accionar de algunos de ellos.
-La satisfacción de luchar por la verdad y la justicia.
-Comprendimos que debemos mantener nuestros ideales a lo largo de nuestras vidas porque son la esencia de la vida misma.
-Pero por sobre todo sentimos la presencia viva del Señor, nuestro Dios, protegiéndonos, guiándonos, y enseñándonos a perdonar.